Friday 22 May 2015

Me cambiaron por un camello

No paraba de escuchar esta frase cada que le decía a alguien que iría a Marruecos. "Qué valiente eres, ¿no te da miedo?" De principio he de decir que no, pero entre más escuchaba esto, más pensaba que podría ser verdad. Incluso por parecer Marroquí, me dijeron que no sería lo mismo a una turista güera y de ojos azules.

Cedí ante las falsas ideas de Marruecos. Dos meses atrás, cuando planee el viaje estaba emocionada. Dos días antes de emprender el viaje no dejaba de pensar que había cometido el error más grande de mi vida. Tenía miedo, busqué un hostal recomendado por una amiga y pedí que fueran por mi al aeropuerto. Estaba dispuesta a pagar 150 dirhams por la seguridad de saber que iba a llegar a mi destino sin ser vendida al primer postor.

Llegué al hostal, no confiaba ni en mi sombra. La mujer segura y fuerte que soy había desaparecido. No me reconocía, era una niña mimada y asustada en un país desconocido con un miedo a lo desconocido.

Elegí llegar a Fes pues me habían recomendado la ciudad; pero una señora en España me dijo que si me adentraba en la Medina, eso sería lo último que alguien sabría de mi. Con aspecto marroquí y viajando sola, no lograría salir nunca de ese país árabe que en algún momento me inspiré a conocer.
Fes desde afuera...
Subí al avión con paranoia. No me atrevía a pronunciar palabra. ¿Era bueno o malo aparentar ser marroquí? Traté de relajarme. A mi lado viajaba un español, tal vez me vio miedosa, tal vez solo quería hacer platica, pero me preguntó sobre mi viaje. Contesté con la verdad. Viajaba sola y era la primera vez que lo hacía. Él me contó que le encantaba la ciudad, la medina de Fes es la más grande de Marruecos, sería fácil perderme y seguro alguien intentaría estafarme. Lo peor que pasaría era que me quisieran guiar a mi hostal, llevándose más adentro para después pedirme más dinero para mostrarme el camino correcto.
Caminé de donde me dejó el taxi al hostal (una cuadra) acompañada de un coreano que viajó en el mismo vuelo y también solicitó el servicio (el hostal no coordina un mismo transporte, manda un taxi por cada huésped). Hice el check-in, me instalé en mi cuarto y después de anotarme en el tour por la medina para el día siguiente, me fui a refugiar a la terraza. Eran las 5pm y yo no saldría del hostal a no ser que fuera acompañada por un guía.
Conocí a una chica austríaca. Ella viajaba con amigos sin embargo me comentó que no debía tener miedo. Habría muchos hombres intentando venderme algo, muy insistentes, pero ella creía que era seguro.
Recordé al hombre del avión. "No le hacen nada a los turistas, viven del turismo y no les conviene hacerte nada. Ellos quieren tu dinero, eso es todo." No sabía qué creer. No sabía qué sería verdad y qué mentira.
Entrada a la medina de Fes.
El coreano y otro chico saldrían a conocer, me invitaron. Parecía el inicio de un chiste: un coreano, un inglés y una mexicana entran a la medina de Fes. Yo solo reía de nervios. Pasaron tres cosas que cambiarían mi pensar y traerían de vuelta a esa mujer fuerte y segura de sí misma que todos conocemos y amamos.

1. ¿De dónde eres?
Si la española estaba segura que me confundirían con marroquí decidí llevar mi playera de la selección mexicana. Aunque fuera la negra, los fanáticos del fútbol la reconocerían y entenderían que soy turista, soy mexicana. Mientras caminábamos nos atacaban con preguntas. Para mi sorpresa, cuando respondí que soy de México, la reacción fue la misma que en el resto de los países: ¡México! Decían con alegría y esa entonación que pareciera están de fiesta. Incluso en Marruecos se alegraban de mi país, lo cual me tranquilizó. Pero enseguida me decían que parecía local y su entonación no indicaba que fueran a cambiarme por ningún dote. Meramente una observación que me hacía sentir un poco más segura pero no lo suficiente para dejar de temer lo peor.

2. La Shokran
En el hostal leí un texto que confirmaba lo que el español me dijo. Al ser turista, los locales me verían como un euro con pies. Un cajero andante y como tal, pretenderían estafarme. Para evitar malos ratos debía simplemente decir esta frase: la shokran, que significa no gracias. Cada paso era un acoso constante. No confiaba ni en los niños, por lo que cuando uno me dijo algo en árabe simplemente respondí con esta frase. Probablemente la pronuncié mal, probablemente él decía algo diferente en árabe y yo reaccione mal. Sea como sea, esta frase lo hizo enojar. Me gritó, podía ver la rabia en sus ojos mientras hablaba árabe y repetía la frase. Pero a pesar de ese sentimiento dentro de él, pude ver como contenía las ganas de golpearme. Era como si por ser turista fuera algo intocable. "Tocas a uno y lo pagamos todos." Aquí estaba yo, repitiendo una frase a manera de escudo y de una forma grosera. De nuevo, no era yo. No podía ser amable para evitar ser vista como una chica fácil. Pero me volví un ser nefasto. Debía haber otra manera de evitar ser hostigada.

3. No tengas miedo.
Dentro de todos los hombres que ofrecían sus servicios turísticos, uno de ellos fue quien me hizo despertar. Era un joven unos cuantos años mayor, que quería mostrarnos la universidad, o al menos eso decía, nunca lo sabremos. Él insistía en que lo haría de buena fé, pero no sabia si creerle. Se veía bastante aterrador e incluso parecía que nos seguía como si esperara que nos perdiéramos para suplicarle nos enseñara el camino correcto a cambio de unos dirhams. Eso no pasó, en todo momento supimos dónde estábamos y cómo volver. Al menos yo había trazado la ruta de escape. La última vez que lo vimos, seguro de que su plan no tendría éxito, me miró a los ojos y dijo "no tengan miedo, no hay porque temer". A pesar de que lo decía al grupo, pude sentir que notaba mi pánico. Noté que yo estaba aferrada a mi bolsa para impedir que la robaran, ni en el metro de México había hecho algo similar.

Fui cambiada pero no por los locales sino por los comentarios de gente foránea. Me convertí en esclava de la mente y los miedos irracionales. No me reconocía a mi misma. No sabía nada de la cultura y ya los había encasillado en un papel que no sabía si era cierto.

Aun hoy, escribiendo esto, no sé quiénes son los marroquíes. No he establecido una conversación con alguno. Claro que parte de esto es que aquellos que he visto siempre han intentado venderme algo. Contacté a una chica a través de Couchsurfing, preguntando los beneficios de aparentar ser local. Su respuesta fue sencilla: por parecer local puede que no te insistan como a los turistas, pero ni aun las chicas que se cubren de los pies a la cabeza se escapan de las palabrerías de los hombres. Tal vez no entendería lo que me dirían y eso sería bueno.
Mezquita desde fuera.
Decidí experimentar. ¿Qué pasaría si me mezclo en la cultura? No conozco con exactitud la razón por la cual se cubren. He escuchado una que otra cosa al respecto pero quiero preguntar más. Sin embargo, he decidido aceptar su forma de ser. Intenté cubrirme un poco más. El guía nos dijo que no había necesidad. Se reconoce al turista e incluso, chicas marroquíes llegan a salir con playeras de manga corta. No pasa de que sea el tema de conversación de las viejas chismosas. Pero, al pueblo que fueres, haz lo que vieres.

La vez que salí más cubierta, con mi nueva pashmina y manga larga, descubrí que recibía menos atención. O al menos me sentía más segura. No me seguían para mostrarme el camino. Iba con el grupo de la mañana pero parecía que iba sola. A menos que hablara con ellos podía verse que era parte del grupo.

Cuando un señor insistía en mostrarnos el camino correcto, volteé y de la manera más tranquila le dije thank you very much, we can find our way from here. You are so kind and we appreciate it (muchas gracias pero podemos encontrar nuestro camino desde aquí. Es usted muy amable y lo apreciamos). Fue como magia, lo último que nos dijo fue que siguiéramos derecho y llegaríamos, advirtiéndonos de no confiar de  lo que otros en la medina nos dirían.

El grupo se había extendido, yo estaba un poco más segura aunque aún no caminaba sola; tenía un grupo de amigos que querían visitar Chefchaouen. Viajamos juntos, no por necesidad sino por amistad. Yo ya caminaba más segura. No sentía que tenía que ser protegida por el grupo.

Cuando salimos de la medina para ir a la estación de autobuses lo comprendí. Vi otra ciudad, vi la parte nueva de Fes. La medina era el centro histórico, la parte vieja de la ciudad. Pero fuera de la medina el ambiente era diferente. Marruecos es un país casi como cualquier otro. Comprendí que al inicio llegué de lleno a un lugar completamente diferente y eso me asustó. Pero el país tiene centros comerciales, hay tiendas de ropa, supermercados, carros del año.

Descubrí que conocí una cara de Marruecos, pero aún había mucho por recorrer. Volví a tener esa seguridad, regresé a ser yo y ahora puedo caminar segura por las calles. Sé que debo tomar precauciones, pero ya no camino con miedo. No me encierro en el hostal y estoy tranquila al pensar que cuando tenga que ir por un camino distinto al de mis compañeros de viaje, podré hacerlo. Ya no seré cambiada por un camello, por un burro y mucho menos por un zombie sin mente propia.
En adelante observaré la cultura y crearé mi propia opinión de lo que pasa en Marruecos. Ya les contaré más de este país, no me convertiré en experta, pero podré decir que estuve aquí y no permití que me cambiaran por nada.

Thursday 21 May 2015

Expedición a Marruecos

Anteriormente he hablado de los motivos o razones por las que viajo, siendo una de estas razones el conocimiento interior. Dentro de este auto conocimiento también se encuentra la tolerancia hacia otros puntos de vista. Uno crece como persona mientras viaja. Uno abre los ojos a puntos de vista que fuera de ser correctos o incorrectos, simplemente son. Lo importante es reconocer de dónde vienen, cuál es el sustento debajo de cada cultura.

Apenas llevo tres días en Marruecos. Cuando compré mi vuelo de Madrid a Marruecos tenía aun tres meses para planear mi viaje por el país, pero habiendo escuchado tantas historias de chicas viajando por Marruecos, de haber conocido el país estudiando la primaria, de haber visto la película Casablanca, de infinidad de bombardeos sobre las maravillas del país; decidí emprender un viaje a un país con un idioma, una religión y un alfabeto completamente ajeno a mi.

Mi corazón estaba lleno de emoción. Escuchaba las palabras de otros con relación al país y la cultura; haciendo caso omiso pues se basaban en películas dónde el islam es representado como el malo del cuento. Todo lo malo siempre venia de gente que ni siquiera había conocido a un marroquí en su vida.

¿Recuerdan la película Infierno? ¿Qué tal Hombre en Llamas? Hay infinidad de malos relatos de México y los mexicanos. Pero, ¿qué tan acertadas son las historias con mi vida? Muchas personas recomiendan a viajeros de otras partes del mundo que no deberían viajar a México. No digo que mi país es el más seguro del mundo, pero no hay que dejar que el miedo nos impida viajar y conocer. La cultura mexicana es increíble.

Muchos comentarios sobre mi viaje iban enfocados a que soy mujer. En general estos comentarios los he escuchado en todos los países que he visitado. "¿Viajas sola? ¡Qué valiente!". Claro que las mujeres tenemos diferencias físicas con los hombres, pero eso no me hace menos que ellos. Si tengo más cuidado de personas que puedan querer dañarme, pero eso incluso estando acompañada. ¿Por qué debe ser diferente en Marruecos? Dicen que por su cultura, su religión y su historia.

Escuchamos las noticias que un musulmán que estrella un avión y pensamos que todos los musulmanes son terroristas. ¿Por qué dejamos que uno afecte a todos? Creemos saber acerca de su religión por lo que vemos que hacen, pero ¿es en realidad su religión o es su interpretación?

Honestamente me declaro ignorante del islam. Incluso de mi religión,  pero ahora llegaré a ese punto. ¿Cuántos han leído el Coran? Al parecer para realmente entender el Coran, uno debe conocer biología, física, astronomía, y otras disciplinas que ayudan a entender mejor el libro. Incluso está escrito en árabe. No cuentan con traducciones para que nada se pierda, para que la esencia permanezca. Cada palabra tiene su razón de ser y realmente me gustaría saber más de esto. Lo mismo pasa en el cristianismo. La Biblia tiene muchas interpretaciones debido a las traducciones.

El problema con la religión se encuentra cuando es usada para infundir temor. Se libera información a medias para controlar a la gente. Claro que da miedo lo desconocido, asusta no saber qué pasará. Lo mejor desde mi punto de vista es respetar. No hay que juzgar aquello que no conocemos. Simplemente basta con observar, entender y respetar. Seguro habrá quienes no me respeten, hombres que se quieran pasar conmigo pero ese será aquí y en China.

Apenas comienzo mi viaje por Marruecos. No sé nada aun, pero estoy aquí para aprender. He tomado precauciones, deje de usar shorts, escotes o cualquier prenda que pueda ser muy reveladora. Después de todo: a dónde fueres, haz lo que vieres. Al final podré dar recomendaciones de mi experiencia, la cual busco sea la mejor.

Esto es solo un preámbulo de mi viaje en este país. Lo único que puedo recomendar hasta ahora es que antes de un viaje, evites dejarte influenciar por comentarios negativos, al menos se un poco más abierto a conocer la razón detrás de esa mala experiencia. Seguro habrá más viajeros con buenas recomendaciones, búscalos. Pero sobre todo, y a nivel muy personal, te recomiendo llevarte de energía positiva, de gente que le ha ido increíble y de buenas vibras para que vayas a dónde vayas, disfrutes al máximo del viaje.

Sunday 10 May 2015

¿Qué nos motiva a viajar?

Cuántas entradas y Blogs no hay ya sobre las cosas que nos motivan a viajar. Encasillan a jóvenes de mi edad como la generación viajera. Dicen que arriesgamos todo por las experiencias, que eso nos hace más felices que las cosas materiales. Escriben sobre la genética y explican lo que es el gen del viajero. Pero no es sólo de mi generación y motivos y razones hay muchas.

En realidad la mayoría de mis amigos y familiares tienen la idea de que viajo buscando trabajo, me han comparado con la película de Guten Tag Ramón, especialmente porque mi meta es vivir un día en Alemania. Pero creo que ni yo sé qué fue lo que me motivo a viajar; solo sé que es algo que quería hacer y decidí dejar de darle la vuelta al asunto y partir. A continuación describiré, finalmente el por qué de mi viaje.

Parte de mi deseo de viajar viene de mi padre. Él viajaba mucho por negocios, también recibía en casa a compañeros extranjeros, a quienes luego acompañabamos a los lugares turísticos de México para que conocieran este bello país. Recuerdo muy bien a un hombre belga que podía hablar 7 idiomas. Ahora que viajo yo he conocido a una chica poliglota que me ha dejado sin habla y muy pero muy por detrás.

Confesando un poco, los medios masivos han sido un gran motivador. Y es que ver películas de viajeros, leer sobre viajeros, escuchar de viajeros. ¿Cómo no quieren que me infecte con el virus del viaje si estoy siendo bombardeada por esta palabra continuamente: viaje? Pero no crean que el ver Comer, Rezar, Amar me hizo tomar la decisión de agarrar maletas y viajar a Bali. Si bien, es una buena idea poder llegar ahí, con tanta cuarentona con crisis pensando que encontrará el amor de su vida en ese lugar, no creo que sea buena idea después de todo. No soy fan de las multitudes, pueden describirme como un poco Hipster por ese lado. Simplemente el hecho de que todas estas personas se hayan animado a viajar, fue razón suficiente para querer cumplir ese sueño.

La escuela también fue un gran motivador. Recuerdo en primaria a un grupo de Fiji, no sé por qué, pero fueron a mi primaria a hacer una demostración de su cultura. Quedé encantada. En unos días visitare otro de los países que he querido visitar desde entonces: Marruecos.

Un poco ligado al aspecto anterior, durante la universidad conocí a muchos extranjeros que se convirtieron en increíbles amigos. Estas relaciones me han impulsado a realizar viajes simplemente por visitarlos. Puede que no conozca muchas de las ciudades importantes de aquellos países donde viven mis amigos, pero puedo decir que las familias de cada uno de ellos han sido un amor y ha valido la pena dejar de visitar lugares por conocer más de la gente. Un chico que alguna vez se alojó conmigo me dijo que prefería dejar su cámara en el departamento para conocer más de la persona que soy yo que pasar la vida viendo los objetos a través de una lente.

No descarto la opción del conocimiento interior, claro que viajo para conocerme mejor. Y vaya que lo he logrado. Pero creo que todos estamos en la vida conociéndonos mejor día con día. Todos somos una obra, como la Sagrada Familia en Barcelona. Todos estamos en constante construcción. En mi caso, decidí probarme en los viajes, retarme a mi misma y ver qué salia de todo. Soy mi propio experimento y la tal vez salga con más moretones y golpes que aquel que no se arriesgó, pero al final aprenderé quién fui, quién soy y quién quiero llegar a ser.

Modelos a seguir tengo montones, empezando por mis padres, abuelos y familiares; continuando con varios amigos y terminando con uno que otro personaje admirado por varios. Todos ellos me han impulsado a ser mejor cada día.

En general, viajo porque quiero hacerlo. Porque la vida es corta y no importa la edad, si uno quiere algo debe salir a buscarlo. Dejar el hogar y la comodidad no fue fácil, les puedo decir que cada día es un gran reto. Cada día es uno nuevo, puede que me desespere, que me frustre o que me de nostalgia. ¿Por qué encasillarse en un motivo para viajar? ¿Por qué compararme con alguien más? Cada quien sigue el viaje que quiere, cada quien decide seguir un rumbo distinto y cada quien tiene sus motivos para hacerlo.

Barcelona...

Es la segunda ocasión que visito esta ciudad, la primera vez fue con mi prima en un viaje de dos semanas que no nos permitió conocer mucho de la ciudad. En esta ocasión también me faltó mucho por conocer pero les puedo dar algunas recomendaciones, no tienen que seguirlas sino quieren. Solo son cosas que yo hice y puede que les sirva en el futuro.

Para hospedaje les recomiendo lo hagan en la zona de Vila de Gracia. Es un lugar céntrico, por un lado encontrarán Passeig de Gracia y Las Ramblas; del otro lado el barrio de Gracia; tendrán accesibilidad a la playa; y podrán visitar la Sagrada Familia. Puede que sea un poco ruidosa la zona, los coches pasan a todas horas, pero seguro habrá habitaciones que no permitan el paso del sonido.

De la playa, les recomiendo que la usen como método de descanso. Durante el día paseen, caminen, por la tarde-noche vayan a descansar en la playa. Si es posible, eliminen todos los miedos y dejen que la vida los sorprenda.

La Sagrada Familia es un poco cara para visitar cuando uno se dedica a viajar de mochilazo. Aun no he tenido oportunidad de visitarla, pero espero pronto poder hacerlo. He de admitir que un pretexto que puse para no verla (además del precio) fue que aún no está terminada. Gaudi, el arquitecto a cargo del proyecto, pronóstico que duraría siglos en completarse. ¿Para que visitar algo en construcción? La respuesta: todos estamos en este período de construcción, no por eso nuestro valor es menor. Cada vez es más bello, cada vez vamos mejorando. Espero poder llegar a apreciar esa mejoría desde dentro las siguientes ocasiones que visite Barcelona.

Y hablando de presupuestos cortos y lugares caros. El parque Gaudet, donde se encuentra el irónico símbolo de Gaudi y Barcelona. Con €8 uno puede entrar a un área a contemplar los mosaicos del artista.

Pero si quieren conocer un sitio no tan turístico, sugiero que vayan a Parc del Guinardó. Pero vayan preparados con un picnic. Desde este parque podrán apreciar toda la ciudad de Barcelona. La vista es increíble y no habrá tanto turista tomándose fotos.


Para movilidad, el metro es buena opción. Claro que caminar también es posible pero les sugiero que compren un billete de 10 usos. Este les permite 10 entradas al metro, bus o tram con transbordo de hora y cuarto. Va a servirles para conocer más de la ciudad pues cuando se cansen de caminar pueden volver si tanto esfuerzo.

En general hay mucho que visitar en la ciudad, muchos bares, restaurantes, sitios turísticos. Mi sugerencia es que cuando vayan a Barcelona simplemente dejen que la ciudad los guíe. Aunque también revisen si hay horarios para ciertos sitios. Disfruten Barcelona de día y de noche.