Saturday 21 March 2015

No hay prisa, el tiempo es relativo...

Esto es algo que todos o al menos la mayoría saben, incluso decimos que el tiempo pasa volando cuando uno disfruta el momento. Sin embargo en mi viaje a Heidelberg descubrí que también puede rendir cuando dejas de preocuparte por cuanto queda.

En mi caso, voy a estar viajando. No sé por cuanto tiempo, no tengo boleto de vuelta. Pero no es el tiempo por lo que me debo estar preocupando, sino por disfrutar y aprender. Y si pienso en el tiempo como otra dimensión más,  realmente es algo que no importa. Un camino se hace largo cuando es empinado, pero si uno va disfrutando no pareciera que se ha subido un colina,  o quizás se está un poco cansado pero es diferente a si uno tiene hambre o esta cansado y debe subir la misma colina. Uno va preocupado por cuánto falta y el tamaño, la inclinación, etc. Recuerdo que hace un año fui al Iztazihuatl, empezamos el ascenso de noche y no veíamos hacia donde íbamos,no fue fácil pero no fue tan difícil tampoco. Cuando regresamos, voltee a ver todo lo que habíamos subido y me di cuenta que de haberlo hecho de día, me habría cansado mucho, y hubiera empezado a pensar que no podría seguir.

Ahora que empiezo este nuevo viaje y donde no veo por donde voy, debo recordar mi meta, llegar hasta arriba. Pero no es fácil. En el campamento donde me encuentro ahora, apenas el primer día empecé a pensar que tal vez no podría. Me asustó no ver el camino, no saber a donde voy. Pero lo curioso es que si sé a dónde voy, no se por dónde, pero sé a dónde quiero llegar. Me asustó pensar que no tome la decisión correcta, que deje un trabajo estable, una casa a donde llegar, una cama donde recostarme cuando sienta que ya no puedo mas. Finalmente me cayo el veinte de la decisión que tome y realmente me asuste. Sabía que pasaría, y pensaba que podría acudir a mis amigos, sin embargo en este momento estoy un poco limitada en cuestiones de comunicación; por lo que me afectó aun más el pensar que deje un lugar seguro por algo incierto.

Pero apenas ha pasado una semana desde que salí de casa. Apenas una semana de viaje y ya quiero acabar.  ¿Cómo puede ser eso posible? Aun no he aprendido nada. Hay que darle tiempo al tiempo. Mis amigos están, mi familia esta. Probablemente no físicamente pero sé que cuento con su apoyo. También cuento con el apoyo de todas esas personas que encontrare en el viaje, el mejor ejemplo es mi última host (quien me hospedó en Mainz). Sin saberlo, ha sido de gran ayuda. Me regalo una piedra verde, conocida como la piedra de la esperanza. El tiempo pasará más rápido mientras menos piense en el y disfrute más de cada momento.

Lo que es, será; hay que dejar que el tiempo tome su rumbo ya que solo así podemos disfrutar lo que hay a nuestro alrededor.


No comments:

Post a Comment